Le Rapace, José Giovanni, 1968, Francia Un mercenario es contratado para llevar a cabo un magnicidio en alguna república latinoamericana, nada saldrá según lo previsto claro. Lino Ventura resume un mundo en su rostro y viéndola pienso en la tradición europea del género, en su influencia sobre cosas como el Bernard Prince de Hermann y…
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En acción: Les Égouts du Paradis
El 16 de julio de 1976, Albert Spaggiari, exlegionaro, exparacaidista, exOAS, mercenario, aventurero y dueño de una tienda de fotografía en Niza, penetraba en compañía de no menos de una veintena de hombres la bóveda del banco Société Générale, en la misma Niza, tras practicar un brutr´ñon desde las alcantarillas. El día 20 salían de…
Por el pasado llorarás: La ley del superviviente. Un western corso
La obra de José Giovanni es una manera ética de estar en el mundo. Una manera aprendida. La palabra dada, la lealtad, la reputación, la cotidianidad de la violencia y su aceptación fatalista. La vida de Joseph Damiani es otra cosa; es el reverso, la verdad cruda de lo débil, lo que hay tras…
Un flic comme les autres: Olivier Marchal, el neopolar en cinco etapas
Este artículo fue publicado originalmente en El Cuaderno (Nº 32: elcuaderno32) y ha sido ampliado ahora: Recién estrenada y Les Lyonnais ya sufre del lugar común: es la primera vez que Olivier Marchal retrata a los criminales, dejando a sus policías como oponentes de la figura legendaria de Momon Vidal, un forajido cuyas hazañas fueron ya…
El azar de los criminales: «Alias El Gitano», la ética masculina polar de José Giovanni
A José Giovanni nunca pareció preocuparle lo bonitas o sofisticadas que pudiesen quedar sus películas o sus novelas. Era un autor visceral. Su material, que fue al menos en parte su vida, fue sublimado por la decantación a la esencia de Jaques Becker, esa concentración perfecta que es La evasión, o por un proceso de…
Últimos gritos en la noche: Carlos Aguilar, arqueólogo del cine imposible Vol. III. Donde se viaja a Japón, se trabaja en Italia y se recuerda Francia, aparecen viejos amigos y hombres duros, se escriben novelas, se leen tebeos, sale el diablo y un trompetista blanco toca las canciones más tristes
Y al final, el final. Despedida de Carlos Aguilar (al menos un hasta luego) con la tercera entrega que espero guste tanto como las anteriores. No se si he conseguido algo realmente especial, a veces tengo la sensación de que, como los directores novatos he querido lucirme demasiado, a veces me parece que podía haber…