Hay películas que liquidan cineastas. Lo extenúan, los exprimen, los destruyen. Lola Montes fue la tumba de Max Ophüls. Fue manipulada, recortada, reordena, redoblada…perdiéndose los intrincados juegos temporales o las variaciones de formato; y fracasó, claro. Todavía intentó rodar otra, Los amantes de Montparnasse, pero murió en el intento y fue su amigo Jacques Becker…