Propiedad condenada: El tiempo de los intrusos

A Walter Hill se le fue haciendo Hollywood estrecho. Asfixiante. Su particular sensibilidad, síntesis de abstracción y fisicidad, había sido capaz de superponer delirio estético y narrativa de cómic a los materiales más discutibles. Hill introdujo desde Johnny el Guapo, ya despidiendo el neón y la nocturnidad hiperestilizada de los 80, una serie de recursos…